Disposición perceptiva frente a disposición motora en la práctica de las Artes Marciales y los Deportes de Combate.
Continuamos con nuestra serie de tutoriales destinados al entrenamiento de la atención en sus múltiples facetas, para mejorar en la práctica de Artes Marciales y deportes de combate. Hoy comentamos sobre la disposición perceptiva y la disposición motora, 2 actitudes a la hora de afrontar una acción que provocan un cambio en la velocidad de ejecución de la misma.
En los experimentos sobre tiempo de reacción, los investigadores percibieron la existencia de una disposición o preparación previa hacia el estímulo que tenían que detectar y la respuesta refleja solicitada. Posteriormente, comenzó a distinguirse entre la disposición preparatoria perceptiva, y la disposición preparatoria motora.
En la disposición perceptiva el enfoque de la atención se dirige al estímulo, lo que supone una apercepción que es como se denomina a la percepción consciente que requiere de máxima atención y, por tanto, un acto intencional de la voluntad, lo que da como resultado respuestas más lentas. Sin embargo, la disposición motora focaliza la atención en la respuesta, lo que favorece una respuesta refleja más rápida.
Por tanto, cuando podamos adoptar la disposición motora obtendremos reacciones más rápidas. Sin embargo, muchos de nuestros entrenamientos favorecen la disposición perceptiva, algo que resta eficacia. Veamos algunos ejemplos. Para apreciar la diferencia de respuesta según el tipo de disposición, vamos a ver un ejercicio que algunas escuelas suelen utilizar para explicar la escasa eficacia de las defensas o paradas tradicionales en artes marciales, debido al tiempo de reacción.
Le pedimos al alumno que intente detener o apartar con su palma el puño que vamos a lanzar a su lado izquierdo. El espacio a recorrer por su mano es mucho menor que la del puño que ataca, y además no tiene que identificar ni qué tipo de golpe es ni el lugar al que ataca, ni seleccionar el movimiento adecuado para la defensa.
Esto simplifica mucho la acción, y reduce bastante el tiempo de respuesta con respecto a una situación de ataque en combate. Aun así, el alumno siempre llega tarde, ya que el tiempo de detección del inicio del movimiento atacante, junto a la orden ejecutiva de lanzar la mano defensora, es mayor que el tiempo que necesita el puño para recorrer esa distancia mayor.
Es un ejemplo clarísimo de disposición perceptiva, toda su atención está en el estímulo, en detectar el movimiento del atacante, para reaccionar. Pero, ¿qué ocurre si le pedimos que adopte una disposición preparatoria hacia el movimiento que tiene que realizar, que centre la atención en su respuesta motora?
La respuesta mejora con respecto a la disposición perceptiva. Y no se trata de un efecto por la habituación al ejercicio, ya que en la anterior disposición el resultado es el mismo, aunque se repita varias veces.
¿Qué ocurre en muchas ocasiones en nuestro entrenamiento o enseñanza? Pues que favorecemos el hábito de la disposición perceptiva. El alumno cuando empieza pone todo su empeño en ser capaz de detectar las sensaciones del movimiento del profesor o compañero. Y recibe un feed back positivo al mejorar esta capacidad, lo que aumenta su motivación en la disposición perceptiva. El objetivo se desvirtúa, creyendo que lo importante es la capacidad de detección de estímulos, cuando en realidad, lo que debemos buscar es mejorar la capacidad de emitir respuestas adecuadas.
De hecho, los monitores y alumnos avanzados, muestran un rol diferente cuando entrenan a un alumno, que cuando reciben ellos la instrucción. En el momento de “dar trabajo” se adopta inconscientemente una disposición motora, con la atención en nuestra respuesta, y en el momento de recibirlo, una disposición perceptiva. Muchas veces, la diferencia de nivel no la marca solo la experiencia sino la disposición que el sujeto adopta.
Esto se aprecia especialmente en el chi sao. Evidentemente hay que trabajar en la capacidad de escucha o lectura de los movimientos del contrario, pero sin olvidar que el objetivo no es la percepción en sí, sino ser capaz de responder. Cambiar la actitud reactiva por proactiva, siendo conscientes de ello desde el inicio. Y esto, es fundamental cuando es un trabajo libre.
La salida o respuesta primera a un ataque o agresión, lat sao, drills, y cualquier trabajo, tanto a nivel técnico como de sparring, mejorará si incorporamos de manera consciente la disposición motora.
